Si acostada yo pudiera
contemplar tanta hermosura
hay niña como quisiera
ser los rayos de esa luna.
Y con mis rayos besarte
desde los pies a tu pelo
y con perlas coronarte
del blanco sueño del cielo.
Te cobijaran las flores
de colores enardecidos
suspirando mil olores
de los nardos no nacidos.
Yo seré un clavel salvaje
prendido sobre tu pecho
tu una rosa de diciembre
que acompañe mis silencios.
Donde estarán los pintores
que con pinceles de oro
pintaban esos paisajes
con sabor a tesoro moro.
De las mil y una noche saliste
yo de una casa andaluza
en Monterrey te criaste
para ser mi sol y mi luna.
Ängel Reyes Burgos
Para ti crayolita