con cadenas de pasión
toda la vida se amara
con alma y con corazón.
De niños con ilusiones
golosinas y caramelos
sueños de tirabuzones
y la dulzura en el cielo.
La juventud apasionada
con todo el cuerpo agitado
las hormonas desatadas
y el corazón extasiado.
El otoño pide amor
mas tranquilo y duradero
con fuego en el interior
que sea nuestro consuelo.
Y en esa recta final
donde el amor permanece
los besos de la alegría
que nuestra vejez engrandece.
Ángel Reyes Burgos
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