Aún me estremezco recordando los veranos
cuando a hurtadillas me asomaba a tu cuarto
el calor era tan justiciero y tan espeso
que hacía temblar tus labios rotos.
Yo era un fugitivo entre tus sombras
tu mi pasión entre las sabanas
y tu piel era mi fuego y mi caldero
donde quería morir entre tus ganas.
Bendita esas siestas de verano
que te hacia dormir a ti desnuda
y en tus brazos me veía un soberano
soñando en besarte la cintura.
Tu ajena al deseo que me provocas
acelerabas los latidos de mis sienes
deseando poder besar tu boca
contemplando cada rincón y tus relieves.
Hasta las cigarras guardaban silencio
al escuchar los gemidos de mis ansias
y tu con los ojos cerrados, en mi pecho
te me crecías sin poder tocar tu cama.
Y allí me quedaba yo absorto
con mi alma y tus piernas acariciando
sin atreverme a besar tus labios rojos
mientras tus sueños lo seguia profanando.
Para ti tostaita
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