La separación de un un plástico, es tan escasa como un gemido y tan dolorosa como las lagrimas derramadas si no puedo estar contigo. Cruel a pesar de tan corta distancia, donde las sensaciones no me periten sentir el consolador tacto de tus besos y tus manos se disipan en las ganas de las mías...
No me gusta mucho exteriorizar mis mas profundos sentimientos, porque mi forma natural de ser esta mas en consonancia con mi deseo continuado de hacerte feliz siempre y nuestro estado natural de ser es de una continua felicidad y sonrisa cuando estamos juntos. paro que le hago cuando no te puedo tener y escuchar tus risas que son el alimento de mi cuerpo y de mi alma.
Siento que todo mi cuerpo llora y si eso fuera posible, quizás no seria una mala solución para paliar la escasez de lluvia de Sevilla, pero aquí te estoy escribiendo con los ojos secos aunque mi corazón está inundado y se que necesita que le quiten el tapón del desagüe para aligerar el peso que me oprime.
A cada párrafo que escribo me paro a considerar si seguir o dejarlo, no me gusta ponerte triste, pero quizás he tomado ese punto que todos tenemos de egoísta y solo pienso en la forma de aliviar mi dolor. Pero las cosas pasan por algún motivo y quizás tenia que pasar esto de que te extrañara tanto para darme cuenta de la verdadera magnitud de lo que tu supones en mi vida.
Ese es el precio de la verdadera felicidad, un precio muy alto que hay que pagar cuando las caricias no están cerca, cada segundo notas que te falta la vida y que te cuesta respirar, a cada momento quieres tocar ese plástico y encontrarte al otro lado y pensar que solo fue una pesadilla, pero intentas traspasarlo y parece haberse convertido en una lamina de acero que no me deja acariciar tu rostro...Solo quiero despertarme ya.
Te extraño mucho crayolita